La evaluación de las actividades educativas, la práctica docente y la organización escolar
Esta evaluación tiene por finalidad verificar la adecuación del proceso de enseñanza a las características y necesidades educativas del alumnado y, en función de ello, realizar las mejoras pertinentes en la actuación docente, teniendo, asimismo, un carácter continuo y formativo.
La evaluación de este proceso de enseñanza incluirá, al menos, los siguientes aspectos:
- La organización del aula y el ambiente entre los alumnos, así como la relación entre el profesorado y el alumnado
- La coordinación del equipo docente
- La regularidad y calidad de la relación con los padres.
Para las unidades didácticas:
- La adecuación de los objetivos programados, a las características de los alumnos. La distribución equilibrada y apropiada de los contenidos.
- La idoneidad de la metodología y de los materiales curriculares empleados.
- La validez de los criterios de evaluación.
- La pertinencia de las medidas de adaptación curricular adoptadas para los alumnos con necesidades educativas especiales.
Los resultados obtenidos en la evaluación del aprendizaje de los alumnos y del proceso de enseñanza servirán para modificar aquellos aspectos de la práctica docente y del Proyecto curricular que se hayan detectado como poco adecuados a las características de los alumnos y al contexto del centro.
Instrumentos de evaluación:
Con independencia de los instrumentos que la Administración pueda establecer, el profesorado puede efectuar una reflexión autoevaluadora y para ello contar con el apoyo de escalas como las siguientes
- Escala de evaluación de la unidad didáctica
- Escala de evaluación procesual de la unidad didáctica
- Escala de evaluación final de la unidad didáctica
- Escala de evaluación de aprendizajes de la unidad
- Cuestionario al alumnado
- Evaluación de la programación del área
- Autoevaluación del proceso de enseñanza
Los procesos de enseñanza y aprendizaje discurren por un contexto concreto, que puede funcionar como un elemento facilitador o por el contrario como un obstáculo.
La dimensión organizativa del centro incluye aspectos tanto estructurales (estructura organizativa) como funcionales (funcionamiento interno). A su vez, cada uno de los dos ámbitos citados incluyen un número considerable de aspectos relevantes susceptibles de ser evaluados a través de una serie de indicadores, entre ellos:
- De la estructura organizativa:
Esta estructura debe estar explícitamente definida en el Reglamento de Régimen interno.
Posibles indicadores son: delimitación de competencias, convocatorias, previsión de reuniones, publicidad de acuerdos, cumplimiento de los acuerdos tomados... de los diferentes órganos de gobierno y de coordinación didáctica.
Con referencia a las normas de convivencia: si se prevén estrategias de resolución de conflictos, si promueve actitudes de respeto, si dispone claramente el uso de espacios y recursos
- Del funcionamiento interno:
Si se reúnen con la periodicidad fijada, si las reuniones están previamente preparadas, si se cumplen los acuerdos tomados, si existe participación de los miembros en los diferentes órganos, si la convivencia entre los alumnos es positiva, si existe colaboración mutua entre el profesorado y entre estos y las familias, si se potencia la participación de las familias en la vida del centro, si el centro está abierto al entorno.......
En función del componente a evaluar se utilizan diferentes técnicas e instrumentos: Observación, entrevistas, cuestionarios, inventarios, escalas, análisis de actas y documentos del centro.....
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