La profesión docente
Uno de los temas que ha estado presente en los últimos meses, y seguramente con más puntualización en los siguientes, es el de la profesión docente. Profesor, maestro, docente, profesional de la educación, es diversa la forma de denominar a quien tiene como responsabilidad la planeación, desarrollo y evaluación de la enseñanza y aprendizaje en las instituciones educativa. La docencia se reconoce como un componente central de la actividad educativa y en función a ello, debe ser atendida en su desarrollo profesional con políticas estratégicas, pertinentes, plurales, diversas y que respondan a la particularidad de las necesidades y problemáticas en este campo. Un sistema educativo, con una organización clara e institucionalizada en el marco en que se desarrolle la carrera docente, con seguridad, tendrá condiciones para la obtención de mejores resultados de aprendizaje con los alumnos. Desafortunadamente, lo que se ha observado en los últimos sexenios es una condición contraria que ha llevado a una crisis a la profesión docente.
Las decisiones tomadas para el desarrollo profesional de los docentes no han sido las más adecuadas, a esto le sumamos que las políticas implementadas han sido de corta duración, no existe continuidad entre un periodo gubernamental y otro. Incluso las políticas anteriores se advierten como obstáculos. Esto ha llevado que la carrera docente se vea desarticulada de las necesidades y problemáticas educativas y que genere un desempeño muy por debajo de las expectativas que la sociedad tiene de la escuela y los maestros.
El mejoramiento de la docencia tiene que ver con la formación en el ámbito de las instituciones formadoras de docentes . Los planes y programas de estudio de la formación inicial y la pertinencia de los programas de superación y actualización profesional deben ser cuidadosamente revisados en función del profesional que requiere la docencia de hoy en día y la exigencia de formar a mejores ciudadanos. En el mismo sentido se ubica el reclutamiento de los docentes. Para la construcción de un sistema educativo de calidad, equitativo y eficiente, es necesario asumir el desafío de desarrollar procesos transparentes para el ingreso a la docencia.
Hoy en día, la aspiración social es contar con profesionales de la educación en la docencia que posea una visión social y que tenga la certeza de que la educación es un soporte y esperanza para la construcción de una mejor sociedad. Un profesional que recupere la confianza de la sociedad, con el reconocimiento a su labor y que revalore el status en que tiene a la profesión docente. Es decir, el nivel profesional es un reconocimiento externo de la sociedad a la calidad en la atención de ciertas necesidades sociales, sociedad que otorga premios cuando reconoce la capacidad profesional, ejercida con autonomía.
La profesión docente entonces, deberá tener como uno de sus objetivos, lograr la aceptación social de su calidad, conocimiento y autonomía y traducir esa aceptación en normas, estatutos, legislaciones que salvaguardan el ejercicio de la profesión ./milenio.com
Comentarios