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Las agencias de calificación, a por la Sanidad y Educación


El director internacional de Finanzas Públicas de la Agencia de Calificación Fitch, Guilhem Costes, hizo unas sorprendentes declaraciones la pasada semana, instando a los gobiernos autonómicos a ajustar sus gastos y recortar sobre todo en sanidad, enseñanza y universidad, ya que estas partidas representan el 60% de sus presupuestos y el "tiempo juega en contra". El señor Costes (muy propio el apellido) animaba a la Administración Central a tener un papel "clave" en el diseño de la reforma de la sanidad, la educación y las universidades ya que, aunque son competencias autonómicas, es importante que el Estado defina "las reglas del juego y el nivel de servicio público". Terminaba por "advertir" que la nota a las regiones españolas dependerá de cómo resuelvan sus problemas de liquidez y tesorería.
Viendo el papel que se arroga este directivo, se es consciente de hasta dónde llega la tiranía de este nuevo "quinto poder" que constituyen las agencias de calificación. Los tres primeros, directa o indirectamente, son elegidos democráticamente y el cuarto, los medios de comunicación, están sometidos a regulaciones legales y mucha competencia. Las agencias calificadoras no han sido elegidas por nadie, no tienen competencia (sólo 3 monopolizan el 90% del sector) y son supervisadas como cualquier empresa.
Deberían ser descalificadas ya en su origen. Son empresas privadas pagadas por las mismas firmas a las que evalúan. Califican a otras parientes o a países en los que sus dueños tienen intereses. Han demostrado falta de integridad y neutralidad en Asia y Latinoamérica desde 1995 y falta de veracidad en el inicio de la crisis en 2008 cuando instrumentos financieros y bancos, que habían calificado de excelentes, quebraron. Pues bien, en vez de estar sentados en el banquillo por su responsabilidad en la gigantesca estafa financiera que nos ha traido a esta crisis, siguen teniendo incremento de beneficios (Fitch, 9,4% en 2011) y un poder inmenso capaz de destruir en minutos décadas de ahorro, devastar empresas y arruinar países y continentes enteros por generaciones. Y están creciéndose. Ahora, se permiten señalar a los gobiernos por dónde deben seguir, con ahínco, estrangulando a sus ciudadanos.
Seguramente, al Director General de Finanzas Públicas de la Agencia Fitch, con astronómico salario y contrato blindado, no le importe que en España, cientos de miles de sanitarios y docentes ya hayan perdido más de un 20% de su salario, ni que decenas de miles hayan perdido su empleo. Él cumple con el suyo y trabaja para que el nuevo gobierno de Mariano Rajoy, pode por real decreto e iguale a la baja, en todas las comunidades autónomas, a la que algunas están llegando en estas competencias tan caras que tienen, educación y sanidad, y de donde debe haber jugosos ahorros públicos para seguir pagando la deuda de nunca acabar (ya se encargarán ellos de ir subiendo el precio de los intereses) y jugosas oportunidades de negocio privado (alguna empresa pariente ya se estará relamiendo). Servicios públicos básicos que quieren convertir en bien de mercado para vender con ganancias a quien se los pueda pagar.
Quizás aún le parezca excesivo "el nivel" del servicio público de sanidad en Cataluña, en la que el cierre de hospitales y la desatención se están llevando vidas por delante. Un poco lento, todavía, el ritmo del "sustituyo educación y sanidad públicas por privadas" al que viene jugando el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Quizás no le conmueva lo más mínimo el grito en la calle, este domingo, de los 120.000 valencianos que ven que su sistema educativo colapsa y que sus centros públicos y concertados siguen sin recibir ni un céntimo que evite el cierre por no poder afrontar ni los gastos de funcionamiento más básicos- Y qué decir de Aragón: seguro que le parece una minucia la rebaja de 18 millones de los Presupuestos de Educación y Universidad para el 2012 que conlleva, además de recortes de personal y de gastos de funcionamiento, un parón total de la inversión para construir los centros nuevos que, para ya, necesitamos. Gloria Pardillos. Sª Gral. FETE Aragón.
Fuente: El periódico de Aragón

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