Obama llega a las aulas
"Aquí hay una lista con las caras de todos los presidentes norteamericanos", explica Christine Elder, profesora de quinto curso de primaria en la escuela de primaria Oakland Terrace, en el Estado de Maryland. Mientras apunta a un cartel con las imágenes de los 43 gobernantes, añade: "No hay ninguno de raza negra. Éste es un gran paso en la historia, uno de los más importantes desde los tiempos de George Washington, nuestro primer presidente. Entonces, ser blanco significaba ser rico. Las personas de raza negra no tenían derechos"
¿Qué representa la victoria de Barack Obama?", pregunta la señorita Elder a sus alumnos, que tienen entre 10 y 11 años. Responde Lucas Intrater: "Es algo bueno. Hace mucho tiempo los afroamericanos no podían ni votar. Eran esclavos. No recibían educación". "Fijaos en qué diferentes son las cosas hoy en día. Ahora, cualquiera de vosotros podría llegar a ser presidente, chicos", dice la señorita Elder. "Éste es un momento muy importante en nuestra historia".
"Los alumnos reconocen esta importancia. Los abuelos de Aman Tune no podían votar. Su familia se mudó desde Carolina del Norte a Maryland. Y aquí, muy cerca de Washington, Aman y los suyos han contemplado cómo se forja la historia. "Mi madre me contó cómo nuestros antepasados no tenían derechos. Nosotras somos negras y mujeres, todavía más difícil. Mi madre está muy contenta con que tengamos el primer presidente negro", dice. "?Crees que podrías llegar a ser presidente algún día?", le dice la maestra. "Sí. Ahora sí
"La escuela pública Oakland Terrace es un fidedigno reflejo de la sociedad que ha llevado a alguien llamado Barack Hussein Obama a la Casa Blanca. El 42% de los alumnos es blanco; el 20%, afroamericano, y el 26% hispánico. Sobre la puerta de la biblioteca penden dos fotos de dos personas con las que se ha comparado a Obama: Martin Luther King y John F. Kennedy. En este aula hay niños cuyas familias han llegado a EE UU desde otros países, huyendo de la pobreza o de guerras cuyas heridas aun están abiertas, en busca de un futuro mejor.
Ahora, una escuela pública donde niños de todas las razas juegan juntos de la mano en el recreo, es el ejemplo del cambio que se ha consumado en EE UU. Aquí cada niño cita un asunto en el que cree que Obama debería ponerse a trabajar de inmediato. Calentamiento global. Derechos de las mujeres. La guerra. Cobertura médica. Asistencia a los más desfavorecidos. Pero todos coinciden en algo que Aman, con su historia familiar de segregación y sufrimiento, expresa sin dudarlo: "Se ha cumplido el sueño de Martin Luther King. Mi madre dice que hoy todos somos un poco más iguales".
¿Qué representa la victoria de Barack Obama?", pregunta la señorita Elder a sus alumnos, que tienen entre 10 y 11 años. Responde Lucas Intrater: "Es algo bueno. Hace mucho tiempo los afroamericanos no podían ni votar. Eran esclavos. No recibían educación". "Fijaos en qué diferentes son las cosas hoy en día. Ahora, cualquiera de vosotros podría llegar a ser presidente, chicos", dice la señorita Elder. "Éste es un momento muy importante en nuestra historia".
"Los alumnos reconocen esta importancia. Los abuelos de Aman Tune no podían votar. Su familia se mudó desde Carolina del Norte a Maryland. Y aquí, muy cerca de Washington, Aman y los suyos han contemplado cómo se forja la historia. "Mi madre me contó cómo nuestros antepasados no tenían derechos. Nosotras somos negras y mujeres, todavía más difícil. Mi madre está muy contenta con que tengamos el primer presidente negro", dice. "?Crees que podrías llegar a ser presidente algún día?", le dice la maestra. "Sí. Ahora sí
"La escuela pública Oakland Terrace es un fidedigno reflejo de la sociedad que ha llevado a alguien llamado Barack Hussein Obama a la Casa Blanca. El 42% de los alumnos es blanco; el 20%, afroamericano, y el 26% hispánico. Sobre la puerta de la biblioteca penden dos fotos de dos personas con las que se ha comparado a Obama: Martin Luther King y John F. Kennedy. En este aula hay niños cuyas familias han llegado a EE UU desde otros países, huyendo de la pobreza o de guerras cuyas heridas aun están abiertas, en busca de un futuro mejor.
Ahora, una escuela pública donde niños de todas las razas juegan juntos de la mano en el recreo, es el ejemplo del cambio que se ha consumado en EE UU. Aquí cada niño cita un asunto en el que cree que Obama debería ponerse a trabajar de inmediato. Calentamiento global. Derechos de las mujeres. La guerra. Cobertura médica. Asistencia a los más desfavorecidos. Pero todos coinciden en algo que Aman, con su historia familiar de segregación y sufrimiento, expresa sin dudarlo: "Se ha cumplido el sueño de Martin Luther King. Mi madre dice que hoy todos somos un poco más iguales".
Vía: El Pais
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