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Cultura docente común sostenible



Continuamos con aportaciones sobre los ODS en la Educación por parte de Diego Arroyo , Asesor de Formación e Innovación en el Servicio Provincial de Educación de Zaragoza .

Incluimos su artículo en Heraldo Escolar en el que sigue realizando reflexiones sobre la implementación de los ODS en el Sistema Educativo.


Indica Diego que solo conseguiremos centros educativos basados en la sostenibilidad y plenamente concienciados de los objetivos de desarrollo sostenible cuando todas las medidas e iniciativas que apliquemos en nuestras aulas, tengan un carácter sistémico y no estén sustentadas o sujetas al profesorado de turno que este o venga al centro con un perfil muy concienciado con la Agenda 2030. Cuando la cultura común del centro, cuando en las líneas de trabajo o cuando de las señas de identidad de los espacios educativos brote el manantial de las #ODS podremos, de manera eficaz, afrontar este desafío tan determinante y necesario, como es el reto de la sostenibilidad y la responsabilidad con el planeta. 


Cree Diego Arroyo , que uno de los caminos para conseguir este gran objetivo pasa por una etapa de reflexión urgente en los centros escolares, liderada por el equipo directivo. Incluir en el ADN docente de cada núcleo educativo, como seña de identidad o como rasgo de pertenencia al centro, la SOSTENIBILIDAD COHERENTE ejerce una fuerza de seguridad a todos los miembros del claustro, que consigue unas condiciones de trabajo favorables en un entorno seguro. El liderazgo en este terreno es fundamental, los equipos directivos enarbolando con el ejemplo la bandera de la sostenibilidad ejercen tal fuerza a la comunidad educativa que contagian todo. Compartir las debilidades, fijar una meta clara y ofrecer un entorno seguro pueden ser medidas y estrategias que hagan de la responsabilidad docente sostenible un entorno vivo y seguro donde educar y concienciar. 


Partiendo de las aportaciones anteriores debemos de hacer una reflexión sobre el liderazgo educativo y en uni

En un centro educativo nos podemos encontrar más de cien docentes, de media, pero un solo director o un reducido equipo directivo. Las dificultades a las que se enfrenta, así como sus funciones, pueden sobrepasarle e ir más allá de sus conocimientos y experiencia previa. De ahí que resulte fundamental la formación específica para ejercer el cargo de dirección. 


El liderazgo educativo

El liderazgo existe, comenta Emilio Velasco en unir.net siempre y cuando el resto lo aceptan como tal. La percepción de los demás al respecto es fundamental. Existen, prosigue diciendo, cuatro tipos básicos de liderazgo:

–Perfil orientado a resultados y a objetivos. Con la finalidad de conseguir un mayor rendimiento de su organización. Suele conllevar, como ventaja, un rendimiento superior a otro líder, pero, si no está bien medido, puede acarrear riesgos, como la falta de ilusión de los trabajadores.

–Perfil de realidad y análisis. En este caso, el líder tiene una gran competencia técnica y convence a todos mediante los resultados obtenidos. El riesgo es que haya una falta de profundización en los datos.

–Perfil de redes y opciones. Es un estilo de equipos, para que emerjan posibilidades y opciones. El riesgo es que se genere un equipo con vínculos afectivos muy fuertes que no se abra a los cambios.

–Perfil innovador. Permite delegar trabajo y pensamiento crítico e innovador a grupos ya maduros, que saben trabajar en equipos y por objetivos. Como riesgo, el líder podría quedarse sin poder, tomándose decisiones en los grupos sin su supervisión o consentimiento.

En la actualidad existe una tendencia hacia los dos últimos tipos, pero, al dejar de lado los resultados, olvidamos la posibilidad que tiene un líder de hacer que te superes. E, igualmente, al no considerar el estilo de realidad y análisis, los alumnos están expuestos a una gran cantidad de información, sin el necesario desarrollo del pensamiento crítico. Se podría decir que en la actualidad se ha perdido el equilibrio entre los cuatro tipos.

El liderazgo es un único sistema de los cuatro estilos. El líder debe saber variar entre los tipos, dependiendo de las necesidades. El liderazgo es un ecosistema en el que todos los perfiles interactúan entre sí.


Nos enfrentamos a nuevos retos y a escenarios aún por descubrir:

– El valor social de la educación. Influencia social del centro educativo. Relación con el entorno.

– La necesidad de que los docentes se sientan parte del centro, una sensibilidad que hace unos años no existía. El necesario engagement, término empleado en psicología del trabajo.

– La digitalización cambia la experiencia educativa de padres, alumnos, docentes y sociedad en general. Es un momento de confusión. Tenemos que saber evolucionar. El pensamiento actual de un centro educativo pasa por un pensamiento digitalizado.

– El nuevo rol del docente, como coach, como generador de dudas, como activador del pensamiento crítico del estudiante. Relevancia de las metodologías activas. Son los denominados como Skillmakers, para el desarrollo de habilidades blandas (soft skills). Importancia de que los alumnos pregunten y se cuestionen la información. Para ello, deberemos ser buenos comunicadores y saber hacer preguntas nosotros también.


Importancia de la curiosidad, poliédrica y contaminada de ideas de otras áreas. Es en esa mezcla donde está el conocimiento profundo. 

Procesamiento equilibrado de la información, tener variedad de fuentes, para construir una visión transversal de la realidad.

Como conclusión el liderazgo del equipo directivo será el eje central de la implementación de los ODS en el entorno educativo tanto a nivel de eficacia como de cumplimiento de los objetivos que nos marca la agenda 2030.

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